Luego le puse un vestido de pura seda y finos bordados, y le puse calzado en sus pies. AsĂ de amoroso fui con JerusalĂ©n. Y no solo la alimentĂ© bien, sino que la llenĂ© de grandes riquezas, como quien le regala a su novia brazaletes, collares, anillos, aretes, y una lujosa corona. Era la ciudad más hermosa de todas; ¡parecĂa una reina! https://www.bibliatodo.com/biblia/Traduccion-lenguaje-actual/ezequiel-16-10